Lo de Tlacuiloco obviamente viene de la idea de creerme un tlacuilo y asumir mi locura. Pero hay otra historia, también.
Tuve la oportunidad de conocer a Enrique Escalona, autor de Tlacuilo, el documental y el libro (a proposito, creo que alguien lo anda demandando por plagio). Mi hermana Beatriz trabajaba con él y me lo presentó para invitarlo a presentar su documental en la escuela donde estudiaban mis hijos, a finales de los 80. Enrique aceptó, y eso generó una serie de reuniones y conversaciones informales (de madrugada) que influyeron para que yo me entusiasmara con el trabajo de los tlacuilos.
A final de cuentas, me autonombro Tlacuiloco como reconocimiento a esos maestros que escribian dibujando. Pero lo hago sin presunción, porque obviamente soy solo un aprendiz de tlacuilo... y no más.
NSG / 2007
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