Mamá-Z en 1991 (I)

El mundo loco del rock
Francisco Javier Hernández G./1991/Revista Conecte
El deplorable uso del español en el presente artículo,
es responsabilidad absoluta de su autor.


(…) Como por ahí habíamos escuchado que el grupo Mamá-Z anda otra vez rolando, y que tenía cambios en sus filas, la pregunta obligada es: ¿Cuál es el nombre, ocupación (en el grupo) y sexo de los miembros de Mamá-Z? Por orden de aparición, contestaron: Jorge Escalante, bajista (…); Alex Eisenring, teclados (…); Ana Laura Márquez, coros (…); Octavio Martínez Herrero, guitarra (…); José Hernández Prado, batería (…); Óscar Sarquiz, guitarra rítmica (…); y Agustín Aguilar, que es la voz principal y letrista de la mayoría de las canciones del grupo.

Ya conociendo el nombre (…) de cada uno de estos mamazitos, quisimos saber si en realidad hubo receso o simplemente fue estrategia su desaparición por un tiempo de los escenarios roqueros (aunque también cabe la posibilidad de que hayan estado vitalizando su género erótico-hereje-musical), y muy oportunamente Octavio Martínez contesta:

-Sí, nuestro género es la canción romántica. Todas nuestras canciones hablan de amor, de pasiones, como las de Lupita D’Alessio (con otro tipo de palabras, pero es lo mismo).

Y, ya picados, les pedimos a los muchachos que nos hablaran de su nueva producción, porque, si no lo saben, sacaron su nuevo caset y próximamente su compact disc, titulado Mójame el alma entera, así que les decimos que nos cuenten de qué hablan sus rolas.
La canción Mujer sin nombre –nos dice Jorge- habla de una mujer terroríficamente espantosa, porque nunca le ha hecho caso al personaje –en este caso, el personaje es Agustín-, ha cometido el pecado de no hacerle caso, siendo que todas las mujeres deben rendirle pleitesía.

Para completar la idea, interviene Octavio:

De hecho, muchas de las letras de Agustín reflejan sus ideas. Pero hay otra canción, llamada No me importa, de Gerardo Aguilar Tagle, miembro fundador de la banda, que habla también de un individuo al que le cuesta mucho trabajo convencer a la novia fresita, y lo hace entre crucifijos y escapularios.

También, nos platican de Te vas a morir, compuesta por Octavio, que es una historia más social, pero también de amor: en una banda de Tacubaya está Nabor, que una vez se pone chemo y viola a la Lupe (se echa a la Lupe, dice la letra); pero la Lupe es hermana de Ernesto, que es el mero machín de la banda, y éste se enoja mucho y se despacha a Nabor, y lo único que quedó fue una pinta memorable que decía Te vas a morir, y que la Lupe finalmente borra.

Octavio, en este momento, hace un apunte de Agustín: Agustín, además de maestro de escuela, es medio pervertido; entonces, esto le sirve para hacer sus crónicas. Una aclaración pertinente nos la hace José: Lo que Mamá-Z dice verbalmente, también lo dice con música. Tiene razón José, porque hasta este momento habíamos soslayado el aspecto musical de los mamacetos (…). Y, la verdad, en Mamá-Z sí están preocupados por que haya conexión entre letra y música, y la mejor prueba es este trabajo fonográfico titulado Mójame el alma entera. Pero, bueno, seguimos con la trama de las canciones.

Hay una bellísima canción en el disco, que se llama Dame más –nos dice Ana Laura-. Trata justamente de eso. Es una mujer absolutamente insaciable que se la pasa diciendo dame más, dame más.

A Laura le pasa un poco lo de Agustín –interviene Octavio-. La sociedad tiene una deuda con ellos. Y nosotros, sanamente, preguntamos que si el mejor coro que hace Laura es Dame más, dame más… Ana Laura aclara: No, fíjate que no. Yo creo que mis raíces mexicanas pesan mucho. Creo que lo mejor que me sale es la azufaifa…


Inquirimos, demostrando nuestra ignorancia: ¿Qué es la azufaifa? Responde Ana Laura: No te podría explicar qué es la azufaifa. Quien podría hacerlo es Agustín (hasta ese momento ausente), porque es una perversión inexplicable. Lo que sí te puedo decir es que es un danzón. Y no he conseguido que el grupo me deje salir a cantar con mis trenzas y mis moños, vestida como Marga López en Salón México.

¿Y tendrán alguna canción apta para todo público?

¡Cómo no!-nos informa José-: Sabor a ti. Habla del amor clarísimo entre dos hombres. Y también hay otra muy propia: Agua en el tiempo de luz, que es una canción muy fina, musicalmente hablando, además de que tiene una búsqueda rítmica muy interesante.

(…)

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